Al Cristo del Humilladero

FERNANDO LIGERO

Cristo del Humilladero
Cristo de Dios marfileño
que las sombras agigantan
y encogen el sentimiento,
pidiendo solo al artista
poder invocar su genio,
quiero rebelde en mi alma
volver a esculpirte entero,
para recuperar tus ojos
cansados de tanto infierno
en esos parpados caídos
que ha cegado el sufrimiento,
para calmar tu dolor,
cerrar tu boca en silencio
y descolgarte los brazos
rasgados por el tormento,
arrancándote los clavos
para dejar tus pies sueltos.
No quiero mirarte así
de sangre y espinas lleno
inerme y crucificado
con la cabeza abatida
sobre el pecho atravesado.
No, no quiero mirarte así,
que quiero de nuevo verte
caminar sobre las aguas
y al escuchar junto a ti
el amor de la Palabra
soñar el mundo que cuenta
tu Sermón de la Montaña.

Súplica a la virgen de la Soledad

FERNANDO LIGERO

Madre de las Angustias hoy igual que ayer
con la mirada perdida de tu cara entristecida
interrogas a la gente sin descubrir el por qué.
Las gentes hoy no han cambiado, somos
los mismos de entonces, indiferentes,
cobardes, con mucha falta de fe,
escondiendo la verdad si no nos deja crecer
y no sintiendo el dolor que otros han de padecer,
pues si hoy los fariseos se multiplican por cien
por mil los profanadores de la honra y del bien.
Hoy madre del cielo en la tierra hay muchas madres
que en tu mismo desconsuelo de pena lloran también
es el odio, el hambre, las guerras o son aquellos corruptos
que hacen crecer la miseria para ellos vivir bien.
Madre que estas en los cielos, tu que estarás junto a El
pídele que en este mundo no haya más Epulones
que al resto de los humanos les hagan comer con hiel

Poema de Beatriz María

SENTIMIENTO

Jamás con tanta emoción
a tu lado yo llegué
que vine como mujer
por propia satisfacción.

Pero al llegar hasta aquí
Virgen Santa Dolorosa
con mirada temblorosa
clavé mis ojos en Tí.

De pronto quede admirada
de tan celestial nobleza
y sin doblar la cabeza
quedé al punto transformada.

Había en tus ojos tristeza
y en un rictus de amargura
ví lagrimas en la albura
que enturbiaban tu belleza.

Sentí en mi pecho el pesar
de aquel terrible dolor
y me dio pena y horror
no saberlo compensar.

Virgen de la Soledad
hoy tu cara de azucena
brilla como el sol y quema
con blancura sin igual.

Ya ves mi orgullo deshecho
vuelve Tus ojos a mí
y deja que pose en Tí
todo mi amor en tu pecho.

Tú me perdonas al ver
como humillada y vencida
adornada con mantilla
voy caminando a tus pies.

Hoy clama al cielo el fervor
con que tus hijos de Soria
llenos de amor y de gloria
te sacan en procesión

Poema de Frutos Barral

¡CRISTO DE LA SOLEDAD! 

Ungido de amor profundo,
que naciste en este mundo, para redimir a todos.
CRISTO bueno, CRISTO puro, CRISTO, TÚ siempre desnudo,
Demostrándonos, con TU humildad infinita,
qué felicidad esta, y nunca será marchita,
si lo damos todo, todo, por ser la eterna bondad.
¡La infinita!
¡OH! CRISTO REY, REY de REYES, la perfección representas,
el amor y la bondad, el arte y también la ciencia,
toda una vida mejor. ¡Toda una vida de amor!
¿Qué importancia, digo yo, tiene,
el holocausto de la vida, para una vida mejor,
si esa vida TÚ la has dado, con el sacrosanto amor,
para eterna redención de todos tus semejantes?
¡¡Imitémoste, SEÑOR!!
El artista que te hizo, se postró, en éxtasis ante DIOS,
pidiéndole inspiración, y DIOS se la concedió.
Para hacerte a TÍ divino,
¿Cuántas almas redimiste, cuántas conciencias callaste,
con TU protección divina, sublimando con TU amor,
a nuestras almas impías para que sean mejor?
Con su sumisión profunda, este humilde pecador,
solo te ruega el perdón, por su torpeza al cantarte,
¿Es vulgar, llena está de ingenuidad?
Pero también es verdad, que es sincera y reverente...
¡CRISTO DE LA SOLEDAD!