Al Cristo del Humilladero
FERNANDO LIGERO
Cristo del Humilladero
Cristo de Dios marfileño
que las sombras agigantan
y encogen el sentimiento,
pidiendo solo al artista
poder invocar su genio,
quiero rebelde en mi alma
volver a esculpirte entero,
para recuperar tus ojos
cansados de tanto infierno
en esos parpados caídos
que ha cegado el sufrimiento,
para calmar tu dolor,
cerrar tu boca en silencio
y descolgarte los brazos
rasgados por el tormento,
arrancándote los clavos
para dejar tus pies sueltos.
No quiero mirarte así
de sangre y espinas lleno
inerme y crucificado
con la cabeza abatida
sobre el pecho atravesado.
No, no quiero mirarte así,
que quiero de nuevo verte
caminar sobre las aguas
y al escuchar junto a ti
el amor de la Palabra
soñar el mundo que cuenta
tu Sermón de la Montaña.